domingo, 14 de junio de 2020

Mi pesar, a pesar de ti.

Ella teclea en el portátil su solicitud de acceso al centro de alto rendimiento con la misma ansiedad que tengo yo porque deje de hacerlo. Lo que para ella significa la puerta de entrada a una nueva vida, para mí es el cierre de una etapa a su lado. Concentrada como está en la pantalla y teclado, disimulo con gracia mi pena invocando a la generosidad del bonus-track que te dan al ser madre, sólo transferible a hijos.
Falso rictus de verdadero amor. 

Y es que cuanto más la miro, más crece el amor y la admiración que siento por ella. Desde su mirada, que no ha variado ni un ápice desde que la recuerdo gateando, hasta sus quejidos por no poder modificar el pdf, son los ingredientes de una niña nominada a mujer bandera. La despido antes de que me diga adiós sólo para ir acostumbrándome a su ausencia. Algo debe llevar esta relación maternal que genera adicción. Razono y convengo que es “ley de vida”, pero si queréis que os diga la verdad, siempre me digo lo mismo: “pues será ley de vida, pero que sea de otra vida, porque me fastidia y entristece igual”.

Si algo me caracteriza es mi resiliencia, así que nada más darle la espalda en la residencia empezaré a pensar la mejor forma de dedicarme a su hermano y a planear el nuevo encuentro con ilusión. Superaré el trauma de la residencia con mi capacidad de resiliencia, pero hasta que ese momento llegue, necesito llorar en silencio.

¡Maldita sea, cuánto se llega a querer cuando se quiere de verdad!. Ya no sólo a hijos, porque los y las hay que no tienen y no por ello dejan de saborear el amor. 
Y cuando se quiere de verdad, cuánto se llega a sufrir. Y es que el amor ¿no es más doloroso que jocoso?

Y así ha llegado al final de los 9 folios. Diríase que los ha redactado una académica de la RAE con tanto texto, tan bien estructurado y tan perfumado de adjetivos equilibrados emocional y racionalmente. Se le ha debido subir la adrenalina a la cabeza porque con los ojos inyectados en esperanza, alegría, deseo y excitación me ha soltado el fatídico: mamá, ¿lo firmas?.

Lo firmas ¡leches! – le hubiera contestado. - Que lo firme tu padre si tiene lo que hay que tener, narices para firmar que tu marcha. – Y es que él está igual que yo, con el corazón reducido y la pena paralizándole el cuerpo.

Dejando a un lado mi lucha invisible, lo firmo digitalmente. Varios intentos fallidos después, que hasta me han dado esperanzas, resulta que la firma digital le otorga al documento mayor oficialidad, como si estuvieras más de acuerdo de lo normal.

Solicitud enviada. Dedos cruzados. 

¿Qué es antes mi deseo porque sea feliz yéndose, o mi felicidad porque no alcance su deseo de irse?

Si fuera políticamente correcta debería postularme como una de esas personas que se atreven a aconsejarte sobre sentimientos cuando están desprovistos de ellos y de cualquier efecto secundario que provocan y te dicen: 

“Mujer, pero si le va a ir muy bien y siempre vas a poder ir a verla…”. - ¡Acabáramos! Como si no supiera que existen vehículos cuatro ruedas, de tamaños y prestaciones diferentes, trenes de todas las velocidades y hasta aviones con sus propios trenes de aterrizaje, que en 3 horas, 6 a lo sumo, te plantan en el centro donde estará ella. - Pero es que yo no hablo de esta distancia cuando digo que se va de mi lado. Hablo de una que no se mide en kilómetros sino en momentos que voy a dejar de compartir con ella. Desayunos que haré frente a un vacío que aportará tanto como un décimo de lotería que no ha tocado. NA-DA. Noches que despediré besando su cara encajada en una pantalla. Días que cerraré después de ese beso, bajando esa pantalla. 

Después de un tiempo, no sé cuánto, quizá ella vuelva a teclear en su portátil un mensaje dirigido a su padre, hermano y a mí, que diga: vuelvo a casa family. 
Y quizá algún día, no sé cuándo, desayunaremos la una en frente de la otra intercambiando las miradas de complicidad que siempre hemos tenido.

Buena suerte a pesar de todo mi querida Inés. 
Tu madre, que siempre deseará que seas feliz, a pesar de mí.


















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